Los alimentos integrales son aquellos que se encuentran en su forma natural y no han sido procesados ni refinados para eliminar su capa externa. Esta capa es rica en almidón, fibra, vitaminas del grupo B y otros micronutrientes beneficiosos para el organismo. 

Los alimentos integrales incluyen granos enteros como la avena, el arroz integral, el trigo, la quinua, el maíz o el centeno. También se encuentran en esta categoría las legumbres, las frutas y las verduras frescas, así como los frutos secos y las semillas. Estos alimentos son ricos en nutrientes y fibras, lo cual los convierte en una opción saludable para incluir en la dieta diaria.  

Los beneficios de consumir alimentos integrales son muchos:  

  1. La fibra que contienen ayuda a mantener una digestión saludable y regular, previniendo el estreñimiento y reduciendo el riesgo de enfermedades intestinales tales como la diverticulitis. Además, la fibra también puede ayudar a reducir los niveles de colesterol en sangre y también contribuyen a prevenir enfermedades cardiovasculares. 
  1. Su consumo se asocia mundialmente con un menor riesgo de mortalidad y de padecimiento de ciertas enfermedades como el cáncer de colon, cáncer rectal o las enfermedades cardíacas. 
  1. Los alimentos integrales también son ricos en vitaminas y minerales esenciales, como el hierro, el calcio, la vitamina B y la vitamina E. Estos nutrientes son importantes para el mantenimiento de la salud ósea, la formación de glóbulos rojos y el funcionamiento adecuado del sistema nervioso. 
  1. Pueden ayudar a controlar los niveles de azúcar en sangre. Los alimentos procesados y refinados, como el pan blanco y los dulces, pueden causar picos en los niveles de azúcar en la sangre, mientras que los alimentos integrales liberan energía de manera más gradual y sostenida. 
  1. Los alimentos integrales también pueden ayudar a mantener un peso saludable. La fibra que contienen ayuda a mantenernos llenos por más tiempo, reduciendo la necesidad de picar entre comidas y controlando el apetito. Además, al no estar procesados, suelen tener menos calorías que los alimentos refinados. 

Su consumo se puede hacer a partir de los 6 meses de edad. Gracias a su gran variedad y versatilidad, se pueden incluir en todas las comidas del día. Son una opción saludable y nutritiva que se debería incluir en la dieta diaria. Con sus beneficios para la salud digestiva, cardiovascular y ósea, así como su capacidad para controlar los niveles de azúcar en sangre y mantener un peso saludable, no hay excusa para no incorporar más alimentos integrales en nuestra alimentación. 

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