Por Dra. Martha Quintero / Médica ginecóloga y funcional, experta en hormonas

Las mujeres experimentan desde su nacimiento, una importante influencia hormonal. Primero, antes de su nacimiento por la influencia de las hormonas maternas y después del parto, la niña presentará beneficios o alteraciones más o menos intensas de acuerdo con lo que experimentó en su vida intrauterina.

La alimentación materna exclusiva, con una madre adecuadamente alimentada, también influye; pero en líneas generales la lactancia materna esencial hasta los 6 meses y luego complementaria hasta los dos años, permite que la niña reciba nutrientes necesarios para su buen desarrollo hormonal en el futuro.

Una vez avanza el crecimiento, llega la pubertad entre los 9 y 11 años y dependiendo de las características de su alimentación, el desarrollo hormonal será o no normal y así lo será igualmente el nivel de estrés emocional, tanto en el ámbito afectivo familiar como en el escolar.

Y es así como se va desarrollando toda la vida de una mujer, las hormonas se ven afectadas por múltiples factores tales como: nutrición, estrés, ejercicio, exposición a productos químicos en cosméticos, artículos de aseo personal y de casa, consumo de cigarrillo u otras sustancias estimulantes, la suplementación genética y el funcionamiento digestivo.

Mientras más factores como los anteriormente mencionados se sumen y sean negativos, el funcionamiento hormonal de la mujer se verá entonces afectado.

Pero ¿por qué importan tanto las hormonas en las emociones? Las hormonas son capaces de generar emociones más estables, algunas de ellas funcionan como los medicamentos para controlar la depresión y la ansiedad, y también son capaces de bloquear genes negativos de todo tipo, así como los genes que producen enfermedades psiquiátricas y mentales en las familias.

Cuando llega la menopausia, uno de los síntomas principales que reportan las mujeres son los estados de cambios emocionales, pasan de la tristeza y ansiedad a la rabia y el desasosiego, y terminan consumiendo antidepresivos o ansiolíticos cuando es la falta de hormonas la que está generando estos cambios, aunque también existen otras causas de alteración emocional.

En las niñas en desarrollo, adolescentes y en mujeres jóvenes a los 20 años de edad, se pueden presentar ansiedad, tristeza, depresión e irritabilidad; todo esto sumado a factores como la alta ingesta de carbohidratos, dulces, alimentos procesados y comida chatarra, por tanto, se crean deficiencias nutricionales, sumadas al estrés escolar o laboral, sin dejar de tener como causa coadyuvante las posibles situaciones de acoso o bullying; que pueden llevar hasta alteraciones emocionales que empeoran el diagnóstico.

El estrés provocado por cualquier causa genera menos producción de hormonas sexuales, presentándose ciclos menstruales irregulares, dolorosos, duraderos o escasos, y el llamado síndrome premenstrual que no es más que el conjunto de síntomas que pueden presentarse a partir de 10 días antes del nuevo sangrado cuando la mujer experimenta síntomas negativos tales como cambios de humor, ansiedad y en casos severos, una depresión profunda debida principalmente al déficit de progesterona. Por tanto, las hormonas y las emociones se relacionan y entrelazan, una puede ser la causa y otra la consecuencia y viceversa.

Si presentas alguno de estos síntomas a cualquier edad de tu vida, incluida la menopausia, consulta cuanto antes con un ginecólogo.

Dra. Martha Quintero / Médica ginecóloga y funcional, experta en hormonas.
Instagram: @tudoctorafuncional

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