Por Ana Toro / Psicóloga

Siempre nos han expresado que el deporte y la recreación son óptimos para mantener nuestra salud mental y esto tiene sentido. Diversos estudios afirman que realizar ejercicio de forma regular previene la aparición de la ansiedad, la depresión u otros trastornos psiquiátricos.

Me parece importante, entonces, entender un poco qué tan beneficioso es para nuestro cerebro hacer deporte y tener presentes actividades de recreación.

En nuestro cerebro se activan neurotransmisores cuando efectuamos una actividad física, tales como:

Serotonina: Esta eleva la autoestima y la confianza.

Endorfina: Se segrega al realizar actividad física, favoreciendo la relajación. Como puedes suponer, esto ayuda mucho en situaciones de estrés

Oxitocina. Es la hormona cuya función es equilibrar los vínculos emocionales y afectivos.

Dopamina. Es ese neurotransmisor del placer, que nos impulsa a seguir practicando deporte y superar retos.

Aun así, conociendo dicha información, ¿Por qué se hace a veces tan difícil tener una rutina para el deporte?

La cultura y la educación toman un aspecto relevante a medida que vamos creciendo y, para algunos, desde nuestras familias no se estuvo incorporado este hábito saludable que nos llena de vida. También está el impacto que tiene la motivación, el cansancio de las múltiples labores y el “no encontrar tiempo”, aspectos que sirven de argumentos sólidos para quedarnos quietos en casa.

Actualmente, hay otro aspecto más riesgoso, y es el que tiene que ver con la inmediatez, las personas quieren resultados rápidos porque asocian que hay un sufrimiento que requirió mucha voluntad y disciplina; además de mantener una imagen ante los otros, de “ese esfuerzo” que se evidencia en la apariencia del cuerpo.

¡Si no vemos recompensas, aparecen las dudas y cuestionamos si está valiendo la pena el esfuerzo!

Afirmación que cobra sentido y nos invita a hacernos responsables con nuestro cuerpo, con nuestra salud, con nuestro bienestar y más importante aún, con nuestro sistema de recompensa y nuestra tolerancia a la frustración.

Lo anterior implica una responsabilidad compartida, de los padres, en incentivar la cultura del deporte y la sana recreación en sus hijos, y de los hijos en asumir una posición pensando en su salud y bienestar a largo plazo.

¡Motivando a mi hijo a que haga deporte o practique algún ejercicio! Reto de todos los días

1. Es un proceso personal. Para algunos puede ser difícil, para otros fácil, pero entendiendo la individualidad de tu hijo podrás sugerir con empatía lo que puede ser interesante para él.

2. Para empezar, y con los niños más pequeños, puedes elegir lugares que combinen aprendizaje y ejercicio.

3. Ayuda a tu hijo a encontrar un deporte que le guste y que lo disfrute, cuanto más lo haga, será más probable que continúe realizándolo.

4. Reduce el tiempo de dispositivos (televisión, videojuegos, celular, pantallas en general). Ordena sus horarios y permite que, en el día, se incluyan actividades en movimiento, compartir con familia y amigos.

5. No lo presiones. Recuerda que no todos los deportes son para todas las personas. Asegúrate de entender y cubrir las necesidades del desarrollo de tu hijo y sus aptitudes físicas.

6. Es importante que la actividad física sea parte de la vida diaria de la familia. A veces pedimos a nuestros hijos comportamientos y hábitos que nosotros mismos no cubrimos. Recuerda que eres como padre, modelo de aprendizaje.

7. Ten presente que puede que tu hijo empiece con entusiasmo, pero que por alguna situación se desmotive. Debes contar con estrategias para animarlo, estimularlo y respaldarlo para que no se deje vencer.

Para terminar y considerar, el deporte y la recreación ayuda a tu hijo a…

1. REGULACIÓN EMOCIONAL consiste en el proceso en que nuestros hijos aprenden a manejar y transitar por las emociones.

2. AUTOCONFIANZA incentivando sus capacidades, sus posibilidades y los nuevos aprendizajes que surjan a través de esto.

3. ESTIMULA COMPORTAMIENTOS POSITIVOS lo que se entiende como conductas deseadas. Al hacer deporte, el menor es capaz de manejar sus emociones, su atención y su comportamiento.

¡Así que empieza desde hoy!, programa actividades con él, disfruta de espacios diferentes y construye unas rutinas de bienestar que aporten a su sano desarrollo y crecimiento. Y recuerda…“No prepares el camino para tu hijo, Prepara a tu hijo para el Camino”

Escrito por: Ana Toro

@anatoropsicologa

https://www.instagram.com/anatoropsicologa/

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