
Besar a mascotas implica un potencial riesgo de contagio de leptospirosis de mascotas a humanos. Es poco probable que un humano adquiera leptospirosis de su perro, sin embargo, podría ocurrir y ser grave.
La leptospirosis es una enfermedad zoonótica, patogénica para los seres humanos y los animales, con más de 200 variedades serológicas o serovariedades.
Esta infección es más común en zonas con climas cálidos y altos índices de lluvias, pero puede presentarse en cualquier lugar del mundo.
Los humanos generalmente adquieren la leptospirosis al beber o tener contacto con agua -como al nadar, o ir en balsa o kayak-, o tierra que haya sido contaminada por orina o líquidos corporales de animales infectados. La transmisión de humano a humano ocurre muy raramente.
Además de la exposición al agua o tierra contaminada, muchas personas que trabajan en exteriores o con animales pueden tener un mayor riesgo de infección.
Por el lado de las mascotas, los perros son los más afectados. La leptospirosis en gatos es muy rara y parece ser leve, aunque se sabe muy poco sobre la enfermedad en esta especie.
Los perros pueden infectarse y desarrollar leptospirosis si sus membranas mucosas (o piel con una herida, como un corte o una raspadura) entran en contacto con orina infectada u objetos que estén contaminados con esta, como tierra, agua, alimentos o camas; a través de la mordedura de un animal infectado; al ingerir tejidos o animales muertos infectados; y raras veces a través de la reproducción. También puede transmitirse a los cachorros a través de la placenta.
Los signos de leptospirosis en perros varían. Es posible que el perro no tenga ningún síntoma, o que tenga infecciones graves del hígado y los riñones que le ponen en peligro la vida.
Mientras un perro no sea examinado, puede tener la bacteria en la orina por meses, el riesgo de transmitirla a una persona existe durante ese tiempo.
La leptospirosis en perros se puede prevenir con la vacunación. El inmunizante normalmente se administrará entre las 11 y 13 semanas con una dosis de refuerzo entre las 15 y 17 semanas.
Sin embargo, debido a que hay muchas cepas de la bacteria, la vacuna no da una protección del 100 %, y esta puede durar menos de un año. Si el perro adquiere leptospirosis, puede enfermarse otra vez con una cepa distinta.
Es posible que haya que vacunar más frecuentemente a los perros que tienen acceso a pozas y otros lugares donde hay agua donde se encuentra la bacteria